Qué visitar en Istria (Croacia)
Rovinj
Rovinj es una de las ciudades más encantadoras no solo de Istria, sino de toda Croacia. Ubicada sobre una pequeña península, Rovinj no tiene grandes atractivos a nivel de patrimonio, pero sus callejuelas -que suben, bajan y serpentean por doquier-, su ambiente de pueblo pesquero y su animada vida en plazas y bares, la convierten en una visita obligada de Istria. No hay que perderse la Basílica de Santa Eufemia, especialmente por las vistas sobre el Mar Adriático y las islas cercanas.
Porec
El casco antiguo de Porec también ofrece un buen número de preciosas callejuelas por las que perderse, aunque es más ordenadito y totalmente plano. Al igual que en Rovinj, buena parte del entramado urbano de Porec está completamente rodeado por el Adriatico, haciendo que uno disfrute a cada paso de la brisa marina tan apetecible en verano. Pero quizá el mayor reclamo turístico de Porec es su Basílica Eufrasiana, inscrita en el Patriomonio de la Humanidad. Los mosaicos que alberga son considerados una de las mayores obras maestras del arte bizantino. No hay que perderse la visita al interior, así como las vistas desde su campanario.
Pula
Pula es la pequeña Roma de Croacia. La ciudad en sí quizá no sea la más bella de Istria, pero su legado romano compensa sobradamente cualquier otra carencia. En Pula podréis ver un enorme anfiteatro del s.I, hermano pequeño del Coliseo de Roma, así como un arco del triunfo (Arco de los Sergios) o el fotogénico Templo de Augusto, que recuerda a la famosa Maison Carrée de Nîmes, Francia. En definitiva, una visita 100% cultural, que puede complementarse con una excursión a la isla de Brijuni, donde se encuentra el Brijuni National Park.
Pueblos de Istria
Estamos seguros de que Istria esconde un buen número de pueblos y pequeñas ciudades olvidadas por el turismo o muy poco frecuentadas por extranjeros. Nuestra primera parada en Croacia, por ejemplo, fue en Novigrad, una pequeña localidad de poco más de 4.000 habitantes donde pudimos pasear y bañarnos en un ambiente tranquilo y familiar. Y mucho más solitario aún resultó ser Bale, un encantador pueblo con preciosas calles adoquinadas donde nos recibieron -en plenas fiestas locales- con enorme amabilidad. Os animamos a descubrir vuestros propios rincones secretos.
Playas de Istria
Aunque no somos muy fanáticos de las playas, las cristalinas aguas del Adriático nos invitaron al baño en más de una ocasión y más de dos. La costa de Istria, por lo general, no alberga grandes playas de arena. Más bien se trata de un litoral agreste, con muchas zonas de rocas y vegetación en primera línea de mar. Esto es lo que nos atrajo a nosotros y, por ello, no podemos recomendar ninguna playa en especial. Cualquier tramo de carretera era bueno para parar y bañarse. Os sugerimos leer este post, donde Roser, del blog SempreViaggiando, os da muchos detalles y sugerencias.
Naturaleza en Istria
A nivel de naturaleza, el Brijuni National Park es quizá lo más destacado de Istria. No pudimos ir por falta de tiempo, así que no podemos decir mucho sobre él, salvo que nos quedamos con las ganas. Se puede pagar por una excursión organizada (unos 30€/persona, con varias visitas incluidas) o por libre. Lo que sí visitamos fue el Abismo de Pazin, una enorme brecha en la tierra con enormes paredes de roca kárstica. Quizá no merece la pena hacer el viaje hasta allí si no viene de paso en vuestra ruta y sólo queréis curiosear, ya que lo que permiten recorrer por libre no deja de ser una bajada y una subida por un pequeño valle (algo bastante cansado, por cierto). Sin embargo, tenemos entendido que se pueden contratar visitas espeleológicas a las cuevas que se forman en el interior. Aquí os dejamos la web, por si os animáis a indagarlo. También pudimos visitar otro bello paisaje kárstico en el Učka Nature Park, donde contemplamos en la más absoluta soledad las caprichosas formas del cañón Vela Draga.
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